The speaker of the psalm expresses their distress and physical pain caused by their sins. They feel isolated from their friends and enemies plot against them. Despite this, they turn to God for help and confess their mistakes. In the second part of the psalm, the speaker reflects on the brevity of life and asks God for salvation and protection from their enemies. They acknowledge that their life is fleeting and seek God's mercy.
Salmo, capĆtulo treinta y ocho. Salmo de David. ĀæPara quĆ© sirva de recordatorio? Ā”Oh, que va! No me reprendas en tu furia, ni me corrijas en tu ira, porque tus flechas se han clavado muy dentro de mĆ, y tu mano me oprime. Mi cuerpo entero estĆ” enfermo a causa de tu indignación. No hay paz en mis huesos por culpa de mi pecado, porque mis errores estĆ”n sobre mi cabeza. Son una carga pesada, demasiado pesada para mĆ. Mis heridas apestan y supuran por culpa de mi tontedad.
Estoy angustiado y decaĆdo a mĆ”s no poder. Ando triste todo el dĆa dando vueltas por ahĆ. Siento que me quemo por dentro. Mi cuerpo entero estĆ” enfermo. Me he quedado paralizado, totalmente deshecho. Lanzo hondos quejidos por la angustia de mi corazón. Ā”Oh, que va! Ante ti estĆ”n todos mis deseos, y mis suspiros no son un secreto para ti. Mi corazón late violentamente. Se agotaron mis fuerzas. Me han abandonado la luz de mis ojos. Por culpa de mi plaga mis amigos y mis compaƱeros me evitan, y los mĆ”s allegados se mantienen a distancia.
Los que quieren quitarme la vida me ponen trampas. Los que intentan hacerme daƱo hablan de destrucción. Se pasan todo el dĆa tramando engaƱos entre susurros. Pero, como si fuera sordo, no escucho. Como si fuera mudo, no abro la boca. Me he vuelto como un hombre que no puede oĆr, ni tiene palabras en su boca para defenderse. Porque te esperĆ©, oh JehovĆ”, y tĆŗ me respondiste, Ā”oh JehovĆ” mi Dios! Pues yo dije, que no disfruten a costa mĆa, ni me traten con arrogancia si mis pies resbalan.
Porque estaba a punto de desplomarme, y mi dolor no me ha dejado ni un instante. ConfesĆ© mi error. Me angustiaba mi pecado. Pero mis enemigos son fuertes y poderosos. Ya son muchos quienes sin ningĆŗn motivo me odian. Me devolvieron mal por bien. Por buscar yo el bien, ellos se oponĆan a mĆ. No me abandones, oh JehovĆ”, oh Dios, no te quede lejos de mĆ. Ven rĆ”pido a ayudarme, oh JehovĆ” mi salvación. CapĆtulo treinta y nueve Al director de GEDUTUM, Salmo de David Yo dije, vigilarĆ© mis pasos para no pecar con la lengua.
MantendrĆ© mi boca tapada, con un bozal, mientras haya algĆŗn malvado en mi presencia. Me quedĆ© mudo y en silencio. Ni siquiera hablĆ© de lo que es bueno, pero mi dolor era interior. Mientras yo meditaba, el fuego se encendió. Entonces dejĆ© que mi lengua dijera, oh JehovĆ”, ayĆŗdame a saber quĆ© fin tendrĆ©, y cuĆ”l serĆ” el nĆŗmero de mis dĆas, para que yo sepa lo corta que es mi vida. AsĆ es, los dĆas que me has dado son pocos, y ante ti mi vida entera no es nada.
Sin duda, todo hombre, por seguro que parezca, es apenas un simple soplo. Sin duda, todo hombre pasa por la vida como una sombra. Corre de acÔ para allÔ en vano, a montona riqueza sin saber quién las va a disfrutar. Entonces, ¿qué puedo esperar, oh JehovÔ? Tú eres mi única esperanza. SÔlvame de todas mis ofensas. No dejes que el tonto me convierta en motivo de desprecio. Me quedé mudo. No pude abrir la boca, porque fuiste tú quien actuó.
QuĆtame tu castigo. Me tienen agotado los golpes de tu mano. Corriges al hombre castigĆ”ndolo por su error. Como una polilla devora las cosas que Ć©l atesora. Sin duda, el hombre no es mĆ”s que un simple soplo. Oye mi oración, oh JehovĆ”. Escucha mis gritos de auxilio. No seas insensible a mis lĆ”grimas, porque para ti solo soy un residente extranjero, un viajero que estĆ” de paso, como todos mis antepasados. Aparta de mĆ tu mirada severa, para que puedas llamarme antes de que me vaya y desaparezca.